Estoy de vuelva.
Cansada por el camino ya andado, aún sin querer limpiar mis botas del polvo arrastrado, siento que esta etapa ya está terminada.
Lluvia constante, el agua y el barro pegados siempre a mis ropas.
En el refugio de tus ramas dulces y acogedoras, por fin puedo dormir.
Aquí, solos, entregados uno al otro, mis manos son el arco en tus cuerdas.
La luz vuelve a nosotros y debo comenzar mi nuevo camino.
Duermes tranquilo. Sin saludos me voy.
La lluvia me acompaña. Comienzo otra historia.
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